Un concentrador de oxígeno aspira el aire regular de la habitación y lo comprime mediante filtros y lechos de tamiz para filtrar los demás gases presentes, incluido el nitrógeno. El oxígeno concentrado y de grado médico se suministra al usuario a través de una máscara o cánula nasal. Una máquina de O2 suministra oxígeno en forma de flujo continuo o en dosis de pulso. El concentrador de oxígeno en dosis de pulso suministra oxígeno en dosis o ráfagas, cada vez que usted inhala. Se basa en la frecuencia respiratoria y la cantidad de oxígeno ingerido. Esto asegura la entrega de una cantidad adecuada de oxígeno basada en diferentes períodos de actividad – sueño, descanso o tareas diarias. Si la entrega se requiere constantemente y en todo momento, entonces es necesario un concentrador de oxígeno de flujo continuo. Para una solución más sofisticada y eficiente, la dosis de pulso funciona mejor.